En Gumi, provincia de Gyeongsang (Corea del Sur), un robot supervisor empleado por el ayuntamiento desde agosto pasado para realizar tareas administrativas sufrió un grave incidente el 27 de junio.

Según informó la Agencia de Noticias Yonhap, el robot cayó desde una escalera de dos metros mientras llevaba a cabo sus funciones habituales, resultando severamente dañado y quedando fuera de servicio.

Este incidente ha generado una amplia repercusión en las redes sociales, donde algunos usuarios surcoreanos lo han calificado como "el primer suicidio de un robot del país".

Las autoridades locales han iniciado una investigación formal para identificar las causas del accidente y prevenir incidentes similares en el futuro.

Existe la preocupación de que, durante su caída, el robot podría haber representado un peligro para las personas presentes en el área.

Además, se ha destacado que el ayuntamiento pagaba una mensualidad por los servicios del robot, el cual tenía asignada la tarea de moverse entre los pisos 1 y 4 del edificio para entregar documentos, trabajando de 9 de la mañana a 6 de la tarde todos los días.

Aunque el robot estaba equipado con inteligencia artificial, los testimonios indican que antes del accidente mostraba signos de comportamiento errático, lo cual podría haber contribuido al incidente.

Los funcionarios del ayuntamiento han expresado su tristeza por la pérdida del robot, describiéndolo como un miembro oficial del equipo que "trabajó diligentemente" durante su tiempo en servicio.

Sin embargo, han señalado que, por el momento, no tienen planes de reemplazar al robot siniestrado.

Este incidente pone de relieve los desafíos y las cuestiones éticas emergentes relacionadas con el uso de robots en entornos laborales y administrativos.

A medida que la tecnología avanza, se espera que aumenten las precauciones para garantizar la seguridad tanto de los robots como de las personas que interactúan con ellos en el día a día.