La noche del lunes 25 de noviembre, un lamentable suceso interrumpió la tranquilidad del barrio Villa Periodista en el municipio de Riberalta, Beni. En una casa, cuatro hermanos pequeños quedaron al cuidado de sí mismos, ya que sus padres salieron a comprar la cena. Durante su ausencia, un niño de 11 años, aparentemente en un acto de inocencia, disparó accidentalmente a su hermano menor de 5 años, causándole la muerte instantánea.

El informe policial detalla que el niño de 11 años pensó que el arma, un rifle de caza calibre 20, estaba descargada cuando apuntó y presionó el gatillo. El disparo impactó directamente en el ojo izquierdo del niño de 5 años, lo que provocó una herida mortal de "traumatismo craneofacial penetrante", según la Policía Amazónica.

Amar Trujillo, vecina de la familia afectada, relató cómo escuchó el disparo desde su casa y luego oyó los desesperados gritos de los niños pidiendo ayuda. "Estaba en mi cuarto y escuché la bulla del disparo. Luego, el grito de los niños decía ‘Vecinos, por favor, vengan a ayudarme’", contó a los medios locales. Trujillo envió a su hijo mayor a la casa de los niños, quien, al llegar al lugar, le dio la trágica noticia: "El niño ha matado a su hermano. El niño ya está muerto".

La vecina se apresuró a llamar a la Policía, pero debido a la lejanía y la falta de recursos, los oficiales llegaron una hora después de que se produjera el incidente. Mientras tanto, algunos vecinos intentaron consolar a los niños, que estaban aterrados y en estado de shock.

El padre de los menores, quien se encontraba fuera de la casa en ese momento, regresó tras recibir la noticia de la tragedia. Según el informe de la Policía, el hombre fue detenido y aprehendido por los delitos de homicidio culposo y portación de arma de fuego. El jefe policial indicó que "un procedimiento que la ley dicta" se cumplió y que una juez cautelar decidirá la situación jurídica del padre en los próximos días.

La comunidad local, conmocionada por el doloroso suceso, ha solicitado apoyo psicológico para el niño de 11 años, quien, además de la pérdida de su hermano, enfrenta una carga emocional difícil de soportar. "Él no quiere vivir, se siente culpable de la muerte de su hermanito", declaró la vecina Trujillo, aún con lágrimas en los ojos, mientras relataba el horror de aquella noche.

El suceso ha dejado una marca profunda en la familia y la comunidad de Villa Periodista. Las autoridades han reiterado la importancia de mantener las armas de fuego fuera del alcance de los menores, resaltando el trágico resultado que puede tener la manipulación inadecuada de armas en manos de niños. La Policía sigue investigando el caso para determinar las responsabilidades legales de los implicados.