Las proteínas son nutrientes esenciales para el crecimiento y mantenimiento de los tejidos del cuerpo.

No solo están presentes en los músculos, huesos y piel, sino que también son fundamentales para la producción de enzimas y hormonas que regulan funciones clave como el metabolismo y la inmunidad.

Según la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, un adecuado consumo de proteínas es esencial para la reparación de tejidos y el mantenimiento de la energía diaria.

Entre los alimentos más ricos en proteínas destacan el salmón, que aporta 22 gramos de proteína por porción de 85 gramos y es una excelente fuente de omega-3, beneficioso para la salud cardiovascular.

También sobresalen la carne de res magra, con 21 gramos por cada 100 gramos, y la pechuga de pollo, que aporta 24 gramos por cada 113 gramos.

Para quienes prefieren opciones vegetales, la quinoa y los garbanzos se posicionan como excelentes fuentes de proteínas, con 8 gramos y 14,5 gramos respectivamente, por porción.

La importancia de las proteínas va más allá del desarrollo muscular.

Estas juegan un rol fundamental en la reparación de las fibras musculares después del ejercicio.

Los especialistas recomiendan consumir entre 1,6 y 2,2 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día para quienes desean aumentar su masa muscular.

Incorporar alimentos como yogur griego, huevos, frutos secos y carne de res en la dieta diaria garantiza que el cuerpo reciba los aminoácidos esenciales para una buena salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que el consumo de proteínas debe estar entre 0,8 y 1 gramo por kilo de peso corporal en personas con poca actividad física.

Sin embargo, para deportistas, el consumo debe aumentar.

Diversificar las fuentes de proteínas y combinarlas con carbohidratos y grasas saludables es clave para mantener una dieta equilibrada y promover el crecimiento muscular.