El dengue, una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, ha registrado un alarmante repunte en Estados Unidos, con más de 7,200 casos confirmados en lo que va de 2024, superando por mucho las cifras de años anteriores y alcanzando el nivel más alto desde 2013.

puerto rico lidera las estadísticas La mayor parte de las infecciones se concentran en Puerto Rico, que declaró emergencia sanitaria en marzo debido al incremento exponencial de contagios. Hasta octubre, la isla reportó más de 4,500 casos, un salto significativo frente a los 1,300 registrados en 2022. Además, el estado de Florida también ha emitido alertas sanitarias por 53 casos de transmisión local, un fenómeno inusual en zonas que históricamente no eran afectadas.

cambio climático y aumento de casos Un estudio reciente, presentado en la reunión de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene, señala que el aumento de temperaturas por actividades humanas contribuye a casi una quinta parte de los casos actuales de dengue. Este análisis, realizado en 21 países durante 11 años, destacó la relación entre las condiciones climáticas y la propagación del virus, especialmente en temperaturas entre 16 y 27 grados centígrados, ideales para la reproducción del mosquito transmisor.

Mallory Harris, coautora del estudio y experta en biología de la Universidad de Maryland, advirtió que el dengue representa una "amenaza creciente para la salud pública". Además, instó a fortalecer las estrategias de prevención, incluyendo el control del Aedes aegypti y el desarrollo de nuevas vacunas, dado que la única aceptada por la FDA fue suspendida este año.

dificultades en la detección temprana Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de la mitad de las personas infectadas son asintomáticas, lo que complica la detección temprana y aumenta el riesgo de propagación. Entre los casos sintomáticos, los efectos varían de leves a severos, con potencial para complicaciones graves.

La expansión del dengue subraya la urgencia de implementar medidas preventivas y de mitigación, considerando que los riesgos seguirán incrementándose junto con los efectos del cambio climático.