Desde el pasado 1 de enero, tres países africanos han registrado casi 21.500 casos de mpox, anteriormente conocida como viruela del mono, y 591 muertes a causa de esta enfermedad, según informó la agencia de salud de la Unión Africana (UA).

Entre los casos detectados, 3.350 han sido confirmados y 18.116 son sospechosos, distribuidos en Burundi, Camerún, República Centroafricana, República del Congo, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Gabón, Liberia, Kenia, Nigeria, Ruanda, Sudáfrica, y Uganda, precisó Jean Kaseya, director general de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC). La tasa de letalidad de la enfermedad se sitúa en un 2,9%.

En una carta dirigida a los ministros de Sanidad africanos, Kaseya destacó la falta de recursos en muchos países del continente para enfrentar el brote y señaló que solo tres países (Nigeria, Sudáfrica, y República Democrática del Congo) han aprobado el uso de vacunas contra la mpox.

Advirtió sobre el riesgo de que África quede excluida de la distribución global de vacunas debido a la creciente demanda en naciones occidentales y la limitada capacidad de producción. Instó a los líderes africanos a unir sus voces para asegurar el acceso a las vacunas necesarias.

África CDC declaró la mpox como una "emergencia de salud pública de seguridad continental", mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un estado de alerta sanitaria internacional debido a la rápida propagación de una nueva variante de la enfermedad (clado 1b) en el continente africano y su reciente aparición en Europa.

Esta nueva cepa es diferente a la que causó un brote significativo entre 2022 y 2023, afectando a múltiples regiones del mundo.