Los incendios forestales que afectan a Bolivia, Brasil y Paraguay han alcanzado una magnitud alarmante, arrasando más de 11 millones de hectáreas.

La región amazónica, compartida por estos países, es la más afectada por los incendios, que comenzaron hace tres meses en Bolivia y se han intensificado, extendiéndose sin control.

En Brasil, los incendios han destruido más de 6.7 millones de hectáreas desde enero.

La sequía extrema, que ha reducido los niveles de ríos como el Madeira, ha favorecido la propagación del fuego.

La ciudad de Porto Velho ha estado sumergida en una densa humareda durante varios días, lo que ha obligado a las autoridades a distribuir agua potable a las comunidades afectadas.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha visitado la región del Amazonas para coordinar medidas contra la sequía y los incendios.

Bolivia también enfrenta una situación crítica, con más de 4 millones de hectáreas afectadas, principalmente en los departamentos de Santa Cruz y Beni.

El gobierno ha declarado emergencia nacional para facilitar la llegada de ayuda internacional y mitigar la crisis.

Se han desplegado brigadas para proteger áreas naturales como el Parque Noel Kempff Mercado y el Parque Nacional Cotapata.

Además, el Ministerio de Salud ha emitido una alerta sanitaria debido a los altos niveles de contaminación atmosférica.

En Paraguay, los incendios han destruido más de 84,000 hectáreas en la región del Chaco.

Las autoridades han evacuado a la comunidad indígena de Chovoreca, mientras que brigadas de bomberos y agentes militares trabajan en la zona para controlar el fuego.

El presidente Santiago Peña ha anunciado medidas más severas contra quienes provoquen incendios, y la Fiscalía General ha iniciado investigaciones para sancionar a los responsables.

Los cielos de gran parte de Sudamérica están cubiertos por una densa capa de humo, y la situación sigue siendo crítica en la región, que enfrenta una de las peores crisis ambientales de los últimos años.