Roboré implementa collares y mosquiteros para prevenir la leishmaniasis
El Ministerio de Salud y Deportes está llevando a cabo una intensa campaña en Roboré, Santa Cruz, para prevenir y controlar la leishmaniasis visceral, una enfermedad crónica y sistémica que afecta a niños menores de cinco años y se transmite a través de la picadura del flebótomo.
Del 11 al 22 de septiembre, se están implementando varias estrategias, entre las que destacan la colocación de 2.357 collares impregnados con insecticida en canes y la distribución de 2.000 mosquiteros en barrios endémicos.
La leishmaniasis visceral, también conocida como kala-azar, es transmitida por el vector Lutzomyia cruzi, que afecta tanto a animales domésticos como a humanos.
En Roboré, se han registrado dos casos autóctonos de la enfermedad, uno en 2023 y otro en 2024, y un reciente estudio ha mostrado que el 100% de las viviendas muestreadas presentan la presencia del vector.
Además, un tamizaje en 371 canes reveló un índice de positividad del 17%, indicando un alto riesgo de transmisión. “Este trabajo de prevención incluye varias fases. Inicialmente, el Ministerio de Salud y Deportes lidera la campaña, y luego el municipio, en coordinación con el SEDES, continuará con las acciones para eliminar el vector”, explicó Roxana Salamanca, jefa de la Unidad de Prevención y Control de Enfermedades, durante una conferencia de prensa.
Además de la colocación de collares, el Ministerio ha capacitado a técnicos locales en tamizaje, diagnóstico y planificación operativa.
Se están tomando muestras de médula ósea de canes positivos para el diagnóstico molecular y el genotipado de la especie de leishmania, que serán enviadas a Fiocruz en Brasil a través de la OPS.
Como medida complementaria, se han distribuido mosquiteros tratados con insecticidas de larga duración en viviendas de barrios priorizados.
Estos mosquiteros actúan como una barrera contra los mosquitos y arácnidos, ayudando a prevenir no solo la leishmaniasis visceral, sino también otras enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue, chikungunya y zika.
Los mosquiteros, fabricados con fibras tratadas, tienen un efecto repelente que se mantiene entre tres y cuatro años.
Hasta 2021, Bolivia era considerado un país con notificación esporádica de leishmaniasis visceral, con casos autóctonos reportados en Villa Montes (Tarija) y Roboré (Santa Cruz).
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