Un estudio reciente ha revelado que los mosquitos utilizan el calor corporal como un método clave para localizar a los humanos.

Los investigadores encontraron que los mosquitos se sienten el doble de atraídos por una fuente que emite calor similar al de la piel humana, en combinación con dióxido de carbono y olor humano.

Este descubrimiento sugiere que el calor corporal es una señal importante para que los mosquitos encuentren a sus objetivos, complementando otros métodos como la detección de dióxido de carbono y olores, y la visión, que no siempre son precisos.

Los experimentos mostraron que al añadir calor infrarrojo, que simula la temperatura de la piel, a una zona con olores humanos y dióxido de carbono, se duplicaba la actividad de búsqueda de los mosquitos.

Sin embargo, el calor por sí solo no resultó suficiente para atraer a los mosquitos, ya que solo en presencia de otras señales como el CO2 elevado y el olor humano, el calor incrementa significativamente su capacidad para localizar a un huésped.

Este hallazgo resalta la importancia de múltiples señales en la efectividad de los mosquitos para encontrar a sus víctimas.

Además, los investigadores identificaron que los mosquitos poseen neuronas sensibles al calor en las puntas de sus antenas, y bloquear estas neuronas eliminó su capacidad de detectar calor.

Este descubrimiento podría tener implicaciones prácticas, como el desarrollo de trampas para mosquitos más efectivas que utilicen calor junto con otras señales.

También explicaría por qué la ropa holgada puede ayudar a prevenir las picaduras, ya que bloquea tanto el acceso físico a la piel como la detección de calor corporal por parte de los mosquitos.