Irán ha negado las recientes acusaciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien sugirió que Teherán podría estar detrás de dos intentos de asesinato en su contra en los últimos meses.

El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, calificó las afirmaciones de "ridículas y completamente infundadas", argumentando que forman parte de la atmósfera electoral en Estados Unidos y tienen objetivos políticos específicos.

Donald Trump, durante un mitin en Carolina del Norte, afirmó que ha sido blanco de dos intentos de asesinato, el primero en julio en un evento en Pensilvania, donde resultó herido en una oreja tras un ataque con un fusil de asalto, y el segundo en septiembre, cuando un hombre armado fue arrestado cerca de un campo de golf en Florida.

Aunque mencionó que podría haber relación con Irán, no ofreció pruebas que respalden sus declaraciones.

El FBI ha investigado los incidentes y ha reconocido ataques cibernéticos provenientes de Irán contra la campaña republicana, pero no ha encontrado evidencia de una conexión directa con los intentos de magnicidio.

Irán, por su parte, ha rechazado cualquier intervención en los procesos electorales de Estados Unidos, negando que estén utilizando actividades cibernéticas para influir en los resultados.