Un reciente estudio en Canadá muestra una preocupante relación entre el uso de dispositivos móviles y la manifestación de emociones negativas en la infancia.

El uso de dispositivos móviles, como las tablets, se ha vuelto común entre los niños desde edades muy tempranas. Muchos padres recurren a estas herramientas para calmar a sus hijos o mantenerlos ocupados, sin embargo, un estudio reciente sugiere que esta práctica podría tener consecuencias inesperadas en el desarrollo emocional de los niños.

La investigación, realizada en la provincia canadiense de Nueva Escocia, evaluó a 315 niños en tres etapas de su desarrollo: a los 3,5, 4,5 y 5,5 años. Los hallazgos revelaron que el uso de tablets a una edad temprana está relacionado con un incremento en la expresión de emociones como el enojo y la frustración. Este ciclo se refuerza con el tiempo, ya que los niños que experimentan más ira tienden a utilizar más los dispositivos electrónicos, lo que podría dificultar su capacidad para regular sus emociones.

El estudio también destaca que el uso prolongado de tablets puede estar sustituyendo interacciones cruciales, como el juego libre y las relaciones cara a cara, esenciales para el desarrollo de habilidades de autorregulación emocional. Esta dinámica podría tener repercusiones significativas en la salud, el rendimiento académico y el bienestar psicosocial de los niños.

Los investigadores subrayan la importancia del rol de los padres en este proceso. Utilizar dispositivos como una herramienta para calmar a los niños durante episodios de rabietas podría reforzar su uso como solución inmediata, en lugar de fomentar el desarrollo de estrategias propias de regulación emocional.

A pesar de los resultados alarmantes, el estudio ofrece una nota esperanzadora: es posible intervenir y modificar estos patrones de uso. Se recomienda que los padres consideren retrasar la introducción de tablets en la vida de sus hijos y promuevan actividades que fomenten la autorregulación, como la lectura, el juego imaginativo y la actividad física. Además, es crucial que los padres sean conscientes de su propio uso de dispositivos frente a sus hijos.

Este estudio sugiere que un enfoque en la moderación y la calidad de las interacciones familiares podría ser clave para un desarrollo emocional saludable durante la infancia.