La industria de los videojuegos se ve inmersa en una serie de desafíos legales y tecnológicos, abordados por Juan Ríos. Temas como la inteligencia artificial (IA) y los tokens no fungibles (NFT) carecen aún de marcos legales claros, planteando interrogantes significativos tanto para los desarrolladores como para los jugadores.

Inteligencia Artificial y Derechos de Autor: La habilidad de la IA para generar contenido visual y narrativo ha generado inquietudes sobre la propiedad del contenido y la salvaguarda de obras artísticas. Empresas de videojuegos han adoptado la IA para crear contenido de propiedad intelectual, generando dudas sobre su protección legal. Demandas en Estados Unidos y el Reino Unido han surgido, cuestionando la idoneidad de la protección de derechos de autor para productos generados por la IA. Se anticipa que en 2024 la discusión se ampliará, abarcando aspectos como la generación de código de juegos y bases de datos por parte de la IA.

NFT: La tendencia hacia la tokenización de juegos presenta riesgos y desafíos fiscales. Los juegos que adoptan este formato podrían atraer la atención de las autoridades, especialmente aquellos que sigan la mecánica de "jugar para ganar". Se espera que en 2024, estos juegos busquen una audiencia diferente, enfocada en la obtención de ganancias, mientras que aquellos con mecánicas de cajas de botín podrían enfrentar escrutinio debido a su similitud con juegos de azar al ofrecer premios desconocidos.

Loot Boxes (Cajas de Botín): La controversia en torno a las cajas de botín persiste, con demandas en Austria dirigidas a empresas como Sony, Electronic Arts y Valve. Se anticipa que más países seguirán el ejemplo de Bélgica y los Países Bajos al imponer prohibiciones. La relación entre las cajas de botín y las NFTs generará una postura más estricta contra estas prácticas.

Pago con Datos: Los juegos gratuitos que generan ingresos a través de publicidad o datos del usuario continúan siendo populares, especialmente en dispositivos móviles. Aunque no se esperan cambios legislativos significativos en este ámbito, las iniciativas de empresas como Meta y Google para proteger datos podrían afectar la industria y provocar ajustes en este modelo de juego. Los desarrolladores independientes podrían ser los más afectados, ya que esta modalidad es crucial para su rentabilidad.

Esports: Los deportes electrónicos enfrentan desafíos como el amaño de partidos, largas horas de trabajo, regulaciones y comportamientos inapropiados. La Comisión de Integridad de los Deportes Electrónicos (ESIC) ha tomado medidas disciplinarias en casos de trampas y otras violaciones. Empresas como Riot Games han implementado medidas como topes salariales y regulaciones sobre el consumo de sustancias en torneos. En 2024, se buscará controlar las apuestas ilegales y revisar las condiciones laborales de los jugadores, muchos de los cuales son menores de edad.