En un hecho de violencia doméstica impactante, un hombre de 36 años, identificado como Apolinar Q., se encuentra prófugo después de golpear con un combo a su expareja, dejándola con múltiples lesiones graves. El incidente tuvo lugar en Vinto Chico, en Cochabamba, la semana pasada.

La víctima, cuya identidad se mantiene en anonimato, sufrió una fractura en el pie y lesiones graves en los dedos, además de una lesión en la cabeza como resultado del brutal ataque. El sujeto también agredió a su exsuegra y a su propia hija, quienes intentaron intervenir para detener las agresiones.

El abogado de la víctima, Eduardo Mérida, reveló que Apolinar ya tenía antecedentes por violencia, ya que previamente había sido encarcelado por atacar con un desarmador al hijo de su actual pareja.

Apolinar logró escapar después del incidente y hasta el momento las autoridades no han logrado dar con su paradero, lo que ha generado temor en la víctima, quien requiere un período de recuperación de 25 días debido a las lesiones sufridas.

El proceso de denuncia no ha sido sencillo para la mujer, ya que inicialmente se encontró con dificultades para que le aceptaran la denuncia. Tuvo que luchar durante varios días para poder establecer un precedente de las agresiones. "Esto ocurrió el martes, pero no entendemos por qué no le recibieron la denuncia. Recién la aceptaron el viernes cuando nos presentamos en la Felcv", explicó el abogado.

Dadas las circunstancias y los antecedentes del agresor, la defensa de la mujer solicitará a la Fiscalía que cambie la tipificación del delito de violencia doméstica por tentativa de feminicidio.

Además, preocupa que, a pesar del tiempo transcurrido, no se haya emitido una orden de aprehensión contra el agresor, lo que aumenta la angustia de la familia. "No entendemos por qué este sujeto está en libertad. La víctima presentó su denuncia oportunamente, pero del martes al viernes se le dio la oportunidad de escapar", declaró el abogado.

Eduardo Mérida también informó que se solicitarán garantías y medidas de protección para la víctima, ya que han recibido amenazas. Algunos familiares del acusado viven a pocos metros de distancia y actúan como si no tuvieran ninguna responsabilidad en la situación, incluso se burlan de la víctima, lo cual genera temor y rabia.