El icónico bikini de la princesa Leia se vende por USD 175,000 en subasta
El famoso traje dorado que Carrie Fisher vistió como la princesa Leia en "El retorno del Jedi" ha encontrado un nuevo hogar. En una subasta organizada por Heritage Auctions, con sede en Dallas, el bikini fue vendido por la impresionante suma de USD 175,000. Durante esta sesión, se subastaron también otros objetos de gran valor de memorabilia cinematográfica.
El icónico atuendo apareció en la tercera película de la trilogía original de Star Wars, donde Leia es capturada por Jabba el Hutt en su palacio en Tatooine y obligada a usar el provocativo traje. Aunque este bikini específico fue probado por Fisher y filmado por el equipo de "El retorno del Jedi", no apareció en la versión final de la película, ya que fue reemplazado por uno más cómodo, según explicó Joe Magdalena, vicepresidente ejecutivo de Heritage Auctions. "El poder de Star Wars queda demostrado una vez más", comentó sobre la intensa guerra de ofertas entre coleccionistas. "Estas películas mantienen su gran impacto".
La historia del bikini y el rechazo de Fisher El traje fue diseñado por Aggie Rodgers en colaboración con Nilo Rodis-Jamero, basándose en las ilustraciones de Frank Frazetta. Rodgers mencionó en una entrevista con Yahoo Entertainment que George Lucas pidió específicamente un bikini, lo que llevó a la creación del icónico traje. Construido con material gelatinoso sobre una base de alambre flexible, el bikini permitía cierta movilidad para las escenas de acción.
Carrie Fisher lució el conjunto durante aproximadamente cinco minutos en pantalla, tiempo suficiente para que la prenda generara controversia. Un sector de la audiencia criticó el bañador por sexualizar al personaje de Fisher. En una entrevista con NPR en 2016, un mes antes de su fallecimiento, Fisher expresó su incomodidad con el famoso bikini, mencionando que no fue su elección y que le pareció una broma cuando el director George Lucas se lo mostró por primera vez.
Fisher debía mantener una postura recta para evitar pliegues en el traje, lo que aumentaba su cansancio durante las largas horas de rodaje. Además, los arneses utilizados para algunas escenas complicaban aún más su trabajo. Tras su retroalimentación, se hicieron variaciones en el atuendo. Richard Miller, escultor jefe de Industrial Light & Magic, trabajó en el diseño del traje y buscó materiales más suaves para que la actriz pudiera moverse. Sin embargo, Fisher siguió sin sentirse cómoda con el traje, a pesar de los ajustes.
En 2015, Fisher aconsejó a su co-estrella Daisy Ridley que luchara por su vestuario y no se convirtiera en una esclava como ella. En una entrevista con Interview Magazine, Fisher instó a Ridley a elevar su voz si algo no le gustaba en la producción.
A pesar de todo, Fisher se sintió reivindicada por la escena en la que su personaje usa la cadena del bikini para matar a Jabba el Hutt. "Lo que lo redime es que llego a matarlo, lo cual fue muy satisfactorio", reiteró en su diálogo con NPR. "Realmente lo disfruté porque odiaba llevar ese traje y sentarme allí rígida, y no podía esperar a matarlo".
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