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Alejandro Mosqueda, conocido como Almighty, enfrenta una caída trágica tras una carrera prometedora en el trap latino

Alejandro Mosqueda, conocido como Almighty, enfrenta una caída trágica tras una carrera prometedora en el trap latino

01 de Septiembre de 2024 07:55 pm

El artista, que alguna vez llenó estadios y se hacía llamar “El Diablo En Patines,” ahora lucha con su salud mental y adicciones, perdiéndose en las calles de Los Ángeles.

La vida de Alejandro Mosqueda Paz, mejor conocido como Almighty en la escena del trap latino, es un reflejo inquietante de cómo una carrera brillante puede desmoronarse de manera drástica. En su apogeo, Almighty era una de las voces más prometedoras del género, colaborando con grandes figuras como Daddy Yankee, Bad Bunny y Cosculluela, y acumulando millones de reproducciones con éxitos como “Personalidad” y “Amárrate Las Timber”. Sin embargo, detrás de su ascenso meteórico se ocultaban profundas luchas internas, marcadas por problemas de salud mental y adicciones.

Hoy en día, Almighty es apenas una sombra de su antiguo yo. Ha sido visto recientemente en las calles de Los Ángeles, descalzo y pidiendo comida, una imagen que contrasta brutalmente con su fama pasada. Este declive ha dejado a sus seguidores perplejos, y se atribuye a años de batallas internas, incluyendo un diagnóstico de esquizofrenia y adicciones que lo llevaron a distanciarse de sus raíces musicales.

De una prometedora carrera a una trágica caída

Nacido el 20 de enero de 1996 en La Habana, Cuba, pero criado en Carolina, Puerto Rico, Almighty mostró desde joven un talento innato para la música. A los 19 años, firmó con el sello Carbon Fiber Music, propiedad de Farruko, y rápidamente se destacó por su estilo audaz y su habilidad para el chanteo, lo que le permitió colaborar con algunas de las figuras más importantes del reggaetón y el trap. No obstante, los primeros signos de su inestabilidad aparecieron cuando su madre expresó su preocupación por los problemas mentales de Alejandro, quien había sido diagnosticado con un trastorno de la personalidad y requería medicación.

Los problemas aumentaron en 2016, cuando su relación con Farruko se deterioró de manera pública y violenta. Después de dejar de medicarse y comenzar a consumir marihuana, Almighty se comportó erráticamente, culminando en una pelea en una discoteca que terminó con él siendo atacado. Este evento fue solo el comienzo de una serie de problemas personales y profesionales que afectaron su carrera.

Un intento de redención y su conversión religiosa

En medio de una crisis de salud mental, Almighty fue diagnosticado con esquizofrenia y hospitalizado varias veces. Después de ser dado de alta, Alejandro intentó redirigir su vida y su música hacia un camino más espiritual. En 2019, después de cumplir con los compromisos contractuales con Farruko, lanzó su primer álbum, “La Bestia,” y posteriormente decidió entregarse a la fe cristiana. Este giro radical sorprendió a muchos de sus seguidores, quienes lo vieron pasar de un estilo provocador a uno más devoto, lanzando canciones como “Cristo Conmigo” y “Sangre de Cristo” en su álbum “Genelipsis.”

Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por mantenerse en el camino de la fe, las adicciones y los problemas mentales continuaron afectando a Almighty. En 2023, fue arrestado en Miami por posesión de cocaína y resistencia a la autoridad, un reflejo de la profundización de su crisis personal. Aunque todavía generaba ingresos con su música, su situación económica se volvió cada vez más precaria, dependiendo de la ayuda de amigos y colegas para sobrevivir.

Un declive sin freno

En 2024, Almighty fue visto en Santiago de Chile, descalzo y vagando por las calles, pidiendo comida y haciendo acusaciones confusas sobre ser secuestrado, mientras fallaba a compromisos de conciertos. Estas imágenes, que muestran a un artista desencajado y luchando contra sus propios demonios, han dejado a sus seguidores preocupados y perplejos.

La caída de Almighty es un recordatorio doloroso de cómo los problemas de salud mental y adicciones pueden destruir incluso las carreras más prometedoras. Mientras sus fanáticos siguen esperando un milagro que lo salve de sus luchas, la historia de Alejandro Mosqueda se ha convertido en una advertencia sobre los peligros del éxito sin una base emocional sólida.

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